viernes, 13 de noviembre de 2009

"Faltan más de diez años para que haya terapias con células madre"

Nora Bär
LA NACION
Pocos temas de investigación inspiran tantas fantasías como la hipótesis de la medicina regenerativa: la posibilidad de regenerar tejidos, órganos o miembros que nos devuelvan un organismo 0 km cuando el nuestro, ya desvencijado, empiece a reclamarlo.
Sin embargo, la posibilidad que los científicos vislumbraron en noviembre de 1998, cuando James Thomson, de la Universidad de Wisconsin, anunció que había aislado y cultivado un tipo de célula primitiva -las células madre- capaz de metamorfosearse en cualquiera de los 220 tejidos del organismo resultó más difícil de alcanzar de lo que habían soñado. Y aunque hoy están logrando avances fabulosos, como volver al estado embrionario células adultas (algo que se conoce como "reprogramación celular"), los especialistas afirman que para que las investigaciones se traduzcan en tratamientos palpables habrá que esperar no menos de una década.
Para pasar revista a la realidad y las promesas de las células madre, los máximos expertos en este campo y alrededor de 600 investigadores se dieron cita desde ayer y hasta mañana en el Simposio Internacional de Investigación en Células Madre, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, con Fleni y el Instituto Leloir.
"Esta es una ciencia muy joven y muy promisoria, pero hoy cualquier cosa que se ofrezca como tratamiento es experimental -dice George Daley, profesor asociado de la Escuela de Medicina de Harvard y director del Programa de Trasplante de Células Madre del Hospital de Pediatría de Boston e_SEnD . Los únicos tratamientos con células madre confiables son los que existen para enfermedades de la sangre. O sea que si usted tiene leucemia o talasemia puede esperar una cura con un tratamiento de células madre, pero para cualquier problema que vaya de la ceguera a la enfermedad de Parkinson, la diabetes o las cardiopatías, las terapias todavía son experimentales. Yo diría que no podemos esperar nada decisivo antes de una década."
Se conocen tres tipos de células madre: las que existen en tejidos adultos, llamadas somáticas, y las embrionarias o pluripotenciales. Las células somáticas sólo pueden convertirse en el tejido del cual provienen. En cambio las pluripotenciales pueden convertirse en cualquier tejido del organismo, y por eso son tan atractivas para la ciencia. Durante muchos años los científicos soñaron con tomar una célula adulta y someterla a una alquimia que la reconvirtiera en embrionaria. Y ahora es posible: se descubrió que simplemente insertando cuatro genes se les puede devolver la pluripotencialidad a las células diferenciadas. Se las llama células pluripotenciales inducidas (IPS, según sus siglas en inglés) y parecen tener toda la versatilidad de las embrionarias.
Riesgos y posibilidades
Ninguna de ellas está exenta de riesgos. "Sabemos que especialmente las embrionarias y las IPS (o reprogramadas) pueden formar tumores, algunas veces malignos, si no son manipuladas o purificadas con gran cuidado -dice Daley-. Sólo la práctica de poner la célula, que está en un nicho muy confortable en el cuerpo, en el ambiente extraño de una cápsula de Petri puede cambiar sus propiedades en formas imprevisibles. Esperamos entender los riesgos y minimizarlos, pero como médicos e investigadores debemos velar por el bienestar de los pacientes y no someterlos a peligros innecesarios. Incluso si tienen una enfermedad fatal, uno puede hacerla peor: puede causar dolor, sufrimiento y acelerarla. Por eso, hasta para las enfermedades más desesperantes, tenemos que ser cautelosos."
Para José Cibelli, científico argentino que trabaja en la Universidad de Michigan y otro de los pioneros de este campo, es necesario contar con un sistema de financiación específico, lo que en su momento se hizo con el sida. "Así, los avances van a llegar mucho más rápido", afirma.
Cibelli trabaja en dos frentes. Por un lado, estudia la reprogramación celular. "La pregunta que nos estamos haciendo es qué edad biológica tienen las células reprogramadas -explica-. ¿Si uno las toma de una persona de 70 años, vuelve el reloj a cero o no? Hasta ahora, los datos nos indican que sí y que no. Si miramos los telómeros [los extremos de los cromosomas], se regeneran como si fueran embrionarios, pero las mitocondrias [organelas generadoras de energía], no se «resetean». Sin embargo, creo que esto no va a ser un impedimento: todo lo que hay que hacer es buscar células que tengan buenas mitocondrias." Por otro lado, Cibelli está a punto de empezar un ensayo preclínico con células IPS para el tratamiento de lesiones en la médula espinal de pacientes tetraplégicos.
"La medicina regenerativa iniciará una nueva era, pero está a décadas de distancia. Tenemos que entender cuánto llevará desarrollarla", insiste Daley. En el país, para ser válidos, los tratamientos con células madre deben ser aprobados por el Incucai, se debe garantizar la gratuidad para el paciente y contar con un consentimiento informado.

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