miércoles, 4 de noviembre de 2009

Primer diálogo sobre el cerebro

Ayer a la noche, cuando ya se cerraba la edición de LA NACION que tiene en sus manos, en el Museo Metropolitano todavía se prolongaba un encuentro inédito en el país, especialmente por su valor simbólico. En dos salones atestados, diez de los más destacados investigadores del mundo en neurociencias se encontraban cara a cara con un público compuesto por filósofos, economistas, educadores, escritores, abogados y periodistas de distintos medios para dialogar convocados bajo el lema "Más allá del laboratorio: ¿qué aportan hoy las neurociencias a la sociedad?".
Este inusual "Primer diálogo sobre el cerebro", cierre del simposio científico que se había realizado durante todo el día como celebración del cuarto aniversario del Instituto de Neurociencias Cognitivas (Ineco), permitió casi naturalmente que se concretara ese antiguo reclamo de que se tiendan puentes entre científicos y público no entrenado. De un lado estaban algunos de los máximos expertos mundiales en toma de decisiones, neurobiología de la conciencia, libre albedrío, memoria, empatía y neurología de la moral, Jean Decety (de la Universidad de Chicago), Antoine Bechara (de la Southern California), Iván Izquierdo (Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur, de Brasil), Mario Méndez (de la UCLA), Tristán Beckinschtein (Universidad de Cambridge), Jorge Moll (National Health Institute), Josef Parvizi (Universidad de Stanford), Patricio O´Donnell (Universidad de Maryland) y Facundo Manes (Ineco y la Fundación Favaloro); del otro, personajes como Alfonso Prat-Gay, Claudio Zin, Alejandro Rozitchner, Silvia Fesquet y muchos otros.
"Esto en realidad es un experimento -bromeó Diego Golombek, y agregó más en serio-: La investigación del cerebro es una de las fronteras de la ciencia y estamos comenzando a tener un grupo de primer nivel en un área que no hace mucho no existía en el país."
Lo que siguió fue un pantallazo sobre algo de lo que las neurociencias vienen estudiando acerca del funcionamiento de esa máquina complejísima y maravillosa de poco más de un kilo de peso y miles de millones de intrincadas conexiones que es el cerebro humano. Especialmente acerca de por qué sentimos empatía o somos altruistas, por qué sentimos culpa, por qué nos ocupamos de otros y cómo tomamos decisiones.
"Somos nuestro cerebro", dijo Beckinschtein. "Hoy sabemos que la función principal del cerebro es la función social", dijo Méndez. "Estudiar el cerebro es comprender la naturaleza humana. Si no entendemos nuestra naturaleza, no podemos entender la sociedad", dijo Parvizi. Está claro que ningún país puede darse el lujo de ignorarlo...
nbar@lanacion.com.ar

No hay comentarios: