viernes, 6 de noviembre de 2009

Riesgo de hiperactividad en hijos de embarazadas con poco ácido fólico


PATRICIA MATEY
MADRID.- Si usted está planeando quedarse embarazada o ya está de 'buena esperanza' considere la necesidad de que sus niveles de ácido fólico sean los adecuados. Y no sólo porque previenen los defectos del tubo neural, si no porque, además, podrían contribuir a reducir el riesgo de que su hijo tenga problemas de hiperactividad y aprendizaje.
Esta nueva realidad es la que plantea un estudio, el primero llevado a cabo en humanos, que ha estado liderado por Wolff Scholotz, de la Universidad de Southampton (Reino Unido). Se publica en el último 'Child Psychology and Psychiatry'.
Este experto insiste a elmundo.es que "la conclusión más importante de nuestro estudio es que el estado de ácido fólico (la disponibilidad fisiológica de folatos) de la madre durante la gestación podría tener efectos sobre el comportamiento del niño, que parece ser el resultado de los cambios a largo plazo en el desarrollo cerebral prenatal".
Las recomendaciones actuales, tal y como explica el doctor Scholotz son de "al menos 400 microgramos de ácido fólico diarios antes del embarazo y durante las primeras 12 semanas. No tenemos ninguna evidencia para sugerir cualquier otra cosa".
El tamaño del bebé al nacer viene determinado por una combinación de muchos factores tanto ambientales [como la dieta de la madre o su consumo de tabaco] como genéticos. Y hay evidencias científicas que destacan que la circunferencia de la cabeza (un indicador de volumen cerebral) es uno de los mayores predictores de hiperactividad, falta de atención y dificultades de comportamiento al nacer.
"Por lo tanto, examinar los efectos que tiene, por ejemplo, todos estos factores podría servir para adoptar medidas preventivas que tuvieran beneficios a largo plazo en la salud del bebé. De todos ellos, la nutrición de la madre ha despertado un interés particular debido a que la carencia de determinados micronutrientes ha demostrado estar vinculada a problemas de comportamiento en los niños", añaden.
Confirmación de una hipótesis
Bajo estas premisas, los científicos decidieron llevar a cabo una investigación con 100 menores de una media de edad de 8 años con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y problemas de aprendizaje. Sus madres habían participado previamente, junto con otras 453 mujeres, en una investigación realizada por los mismos investigadores y en la que se examinó tanto su dieta como el tamaño de los hijos al nacer.
Se evaluaron los niveles de la vitamina en sangre y la ingesta de suplementos de este nutriente en todas las participantes durante las 14 primeras semanas de gestación y al final de la misma, así como se midió el tamaño de circunferencia de todos los bebés alumbrados.
Los datos constatan que tanto los niveles bajos de folatos como la menor ingesta de preparados artificiales del micronutriente en los primeros meses de embarazo se asociaron con una mayor incidencia de hiperactividad y de problemas de aprendizaje en los hijos. Lo mismo sucedió con la 'medida' de la circunferencia del cráneo del bebé. Menores niveles de la vitamina se asociaron a tamaños craneales más pequeños.
Medidas preventivas
"No podemos determinar qué niveles de ácido fólico son los potencialmente preventivos de estos problemas", destaca el director del estudio. En cambio, "sí sabemos que controlar otros factores ambientales pueden reducir las posibilidades de problemas de comportamiento en los menores. Si una mujer embarazada se siente bajo presión (por ejemplo, debido al trabajo), y considera que esto podría perjudicar a su hijo, debe preguntar a los expertos lo que puede hacer para reducir sus niveles de estrés. El aprendizaje de métodos de relajación y las técnicas de manejo del estrés, reducen los niveles de tensión", agrega.
Pero es más importante aún que "el estrés no conduzca a cambios de comportamiento que puedan tener efectos negativos en el niño. Comer una dieta equilibrada, tomar suplementos de folat, no beber alcohol y no fumar, son las medidas que deben mantener las mamás durante el embarazo", determina el experto británico.
'La disciplina es muy importante en la hiperactividad'
PATRICIA MATEY
MADRID.- Cuando se conoce parte de los orígenes de Katya Rubia, del Instituto de Psiquiatría Maudsley del King’s College de Londres y gurú del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), se comprende aun más su mentalidad tan abierta. "Estoy segura de que llegará el día en que los pacientes hiperactivos podrán ayudarse a sí mismos controlando su propia falta de atención", afirma. España es uno de los países que más está investigando esta posibilidad mediante el uso de bio-feedback [enseñar del cuerpo a controlar respuestas involuntarias] por medio de la electroencefalografía [registro de la actividad bioeléctrica cerebral].
Hija de padre alemán y madre española, estudió Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, aunque finalmente se instaló en Londres para poder dedicarse en cuerpo y alma a lo que más le fascina: descubrir las causas biológicas de las enfermedades mentales. Recientemente, y con motivo de su participación en la IV Jornada Científica de la Fundación Alicia Koplowitz, ha estado en Madrid.
Pregunta.- Todavía hoy hay médicos que se resisten a creer en la existencia del TDAH.
Respuesta.- En Internet me encuentro a menudo con información, sobre todo procedente de EEUU, que niega el trastorno y acusa a los psiquiatras infantiles de estar sobremedicando a la población infantil. Defienden que lo que la Medicina tilda como niño hiperactivo, en realidad es un menor con problemas de comportamiento o excesivamente inquieto, de los que han existido siempre. El TDAH es un trastorno muy grave que, cuando no se trata, afecta a todas las esferas de la vida... relaciones sociales y familiares, además de conducir al fracaso escolar.
P.- Y el niño hiperactivo, ¿cómo es de mayor?
R.- El 50% de los niños, afortunadamente, se cura, pero el resto termina arrastrando los problemas de falta de atención e impulsividad. Son personas que no suelen permanecer en un trabajo por mucho tiempo, cambian a menudo de pareja, no terminan un libro y tienen más accidentes de tráfico. Su impulsividad se suma a la búsqueda incansable de sensaciones fuertes, de ahí que sean personas que suelen practicar deportes de riesgo o que consumen drogas.
P.- Ha publicado cientos de trabajos y lleva años investigando el trastorno apoyada en técnicas de imagen... ¿Qué sucede en el cerebro de un niño hiperactivo?
R.- Los estudios destacan que una de las zonas más involucradas son los lóbulos parietal y temporal. Áreas que están infradesarrolladas y que además tienen anomalías tanto estructurales como funcionales. Además, se ha demostrado que este trastorno está acompañado de un retraso de maduración cerebral, concretamente en el grosor cortical. En las personas sanas, a los siete años, esta región alcanza su tope de grosor, y a partir de entonces éste se reduce. En los niños hiperactivos, en cambio, este momento se retrasahasta los 10 ó más años.
P.- La eficacia de los psicoestimulantes en la terapia del TDAH se ha demostrado, pero los padres siguen preocupados por sus efectos secundarios.
R.- Es cierto. Nosotros también. Creo que se deberían llevar a cabo investigaciones sobre las consecuencias de su uso a largo plazo pero, también, es cierto que se ha verificado que los niños que reciben esta medicación mejoran su desarrollo cerebral en comparación con los que no la toman.
P.- ¿Se necesita algo más para tratar a estos menores?
R.- Por supuesto. La literatura científica ha constatado que los afectados que además reciben terapias que modulan el comportamiento evolucionan mejor que los que sólo se medican. La disciplina, por ejemplo, juega un papel prioritario a la hora de enseñar el autocontrol, pero en las sociedades modernas actuales hay menos disciplina. No estoy diciendo que sea la causa de la hiperactividad, pero si no se adoctrina a un niño en el esfuerzo, en saber esperar y en el control de los impulsos, los síntomas se agravan y surgen los problemas de conducta tan ligados al trastorno de hiperactividad. Los padres también tienen que aprender a saber cómo tratar a estos niños. En nuestro Instituto hemos empezado a enseñarles cómo hacerlo.
elmundo.es

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