miércoles, 28 de abril de 2010

Diez mitos riesgosos en primeros auxilios

En un mundo ideal, todo el mundo estaría capacitado en primeros auxilios. Sin embargo, cada año mueren en el mundo miles de personas por desconocimiento de las primeras maniobras frentre a una emergencia o -lo que es peor- por aplicarlas mal, basadas en ideas erróneas. Una firma de beneficencia británica, la St. John Ambulance, lanzó en Inglaterra una campaña para recordar qué se debe hacer frente a algunas situaciones muy habituales. Y elaboró una lista con los 10 mitos más comunes:
1 La ambulancia llegará en un minuto. No si usted acaba de llamarla. Según Paula Casal, instuctora de Primeros Auxilios de Cruz Roja Argentina, "en nuestro país, lo mínimo que tarda en llegar es entre 15 y 20 minutos. Por eso hay que activar el servicio de emergencias lo antes posible pidiéndole a alguien que llame al 107/911 o haciéndolo uno mismo".
2 Es mejor no hacer nada antes que arriesgarse a empeorar las cosas. "Si alguien está sangrando y uno no hace nada, puede perder demasiada sangre, entrar en shock y morir" recuerda Isobel Kearl, de St. John Ambulance. Si alguien está inconsciente y respira, pero no está en la posición de recuperación, puede atragantarse con su propia lengua o vomitar o tener un ataque cardíaco (la causa de muerte más frecuente en el mundo occidental en adultos mayores de 35 años).
3 Si le sangra la nariz, hay que inclinar la cabeza para atrás. Esto es lo que hace el 30% de las personas, según St. John Ambulance, aunque eso puede hacer que la sangre pase por la garganta y cause vómitos o coágulos que podrían llegar a las vías respiratorias. Lo que debe hacerse es inclinar la cabeza hacia adelante, tapar la nariz y respirar por la boca. Si sigue sangrando 30 minutos después, vaya a un hospital.
4 Las víctimas de un ataque al corazón tendrían que acostarse en lugar de sentarse. Una de cada diez personas creen que esto es una buena idea, pero que puede dificultar la respiración. "Las personas que cursan un ataque cardíaco deben colocarse en una posición cómoda para ellas; normalmente se sientan porque eso les facilita la respiración. Lo principal es que se queden tranquilas y de inmediato llamar a emergencias", advierte la instructora Casal.
5 Si un brazo o pierna está sangrando mucho, hay que hacer un torniquete por encima de la herida. Si bien el 58 por ciento de las personas cree que habría que proceder de esa forma, la medida es totalmente errónea. Es una maniobra que puede interrumpir todo el flujo sanguíneo y causar, además, daño a los tejidos. "Jamás se debe hacer un torniquete" dice Casal. Y agrega: "Lo que hay que hacer es una presión directamente sobre la herida con apósitos estériles y limpios para lograr que coagule y disminuya el sangrado", indica Casal.
6 Nunca jamás se debe mover a alguien después de un accidente de tránsito, aun si no está respirando. Está muy bien preocuparse por una posible herida en la columna (algo que haría el 43 % de las personas involucradas en un hecho de esa naturaleza), pero es más importante asegurarse que la persona respire. Si está inconsciente, compruebe que sus vías respiratorias estén libres inclinándole la cabeza hacia atrás y levantando levemente su mentón. Aunque haya riesgo de lesión cervical, siempre hay que priorizar las vías respiratorias.
7 Si un chico toma lavandina hay que hacerlo vomitar. Esto puede causar más daño cuando el vómito abandona el organismo. Según Casal, "ante una intoxicación, hay que llamar primero al Centro Nacional de Intoxicaciones (0-800-333-0160 ) y seguir sus indicaciones. Jamás hay que provocar el vómito, salvo que el cuerpo lo manifieste solo".
8 Si alguien se está asfixiando porque se atragantó con algún objeto extraño, hay que ponerle los dedos en la garganta. Eso haría que el objeto se vaya más abajo. Si está tosiendo, incentívelo a que lo siga haciendo porque ésa es la manera que tiene el cuerpo de expulsar los objetos que obstruyen el paso de oxígeno. Una vez que dejó de toser, y si sigue sin respirar y cambia el color su piel, realizar la maniobra de Heimlich, conocida también como "estocada abdominal".
9 Si alguien sufre un ataque de epilepsia, hay que ponerle algo en la boca, una cuchara tal vez. Nunca hay que colocarle algo en la boca mientras se manifiesta la convulsión: se estaría tapando la entrada más grande de aire. "No hay que pensar que se va a tragar la lengua: la lengua es un músculo que está bien adherido. Sólo hay que controlar la duración del ataque, colocarle algo mullido debajo de la cabeza para amortiguar el golpe y dejar que la convulsión pase sola. Luego llamar al médico", puntualiza Casal.
10 Si alguien siente que se va a desmayar, debe colocar la cabeza entre las piernas. Si lo hace, puede caerse para adelante. En lugar de eso, acuéstese y espere a recuperarse. "El cuerpo compensa sólo la falta de oxígeno en el cerebro por lo que, si se mantiene acostado, se le va a hacer más fácil al corazón bombear y así redistribuir la sangre oxigenada a todos los órganos", finaliza Casal.
Cómo actuar frente a una emergencia
La llamada. Cuando llame a un servicio de emergencia, dígale primero su número de teléfono para que el operador pueda llamarlo si se desconecta la comunicación.
La descripción. Indique el lugar donde se produjo incluyendo las máximas referencias geográficas. Describa exactamente qué está sucediendo, incluyendo número de víctimas y situación. Responda a las preguntas del operador, eso no retrasará la ayuda. Sea el último en cortar la comunicación.
Precaución. No programe su teléfono celular para que marque automáticamente el 911 o el 107 al presionar una sola tecla. Eso evitaría llamadas involuntarias, que suelen causar problemas en los centros de emergencias.
Sus orígenes, en el siglo XI
Los primeros casos registrados de primeros auxilios son de caballeros religiosos en el siglo XI. Más tarde, en el siglo XIX, aldeanos se organizaban para ayudar a soldados. En 1860 cuatro naciones forman la Cruz Roja. Y luego, en 1848, nace la Organización Mundial de la Salud, que define a la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
TRADUCCION: Silvia S. Simonetti

Si la gente supiera qué hacer, se salvaría 1 de cada 3 vidas
Por: Valeria Román
Quién es el primero que atiende a una persona que sufre una emergencia médica? La respuesta más rápida sería que un médico estaría a cargo, pero la realidad es que los minutos que demora una ambulancia en llegar cuentan mucho: 1 de cada 3 casos de muerte súbita podría evitarse si hubiera una persona capacitada en reanimación cardiopulmonar básica cerca, según la Sociedad Argentina de Cardiología.
"La muerte súbita es una afección bastante común. Se producen 30.000 fallecimientos por año en la Argentina. Y sabemos que cuanto más pronto se actúa, más chances tiene la persona de sobrevivir. Para que eso sea posible se necesita que la población en general se entrene en las maniobras de reanimación cardiopulmonar, que consisten en masaje y respiración boca a boca", dijo a Clarín Ricardo Iglesias, presidente de la entidad cardiológica.
Este especialista también señaló que los dueños de bares y restoranes, los encargados de shoppings y otros comercios, entre otros, deberían también estar mejor preparados para auxiliar a los demás. Aunque la escasa capacitación de la población para salvar la vida de los demás también se verifica en otro tipo de emergencias médicas. "Cuando ocurre una emergencia en la calle, es muy común que mucha gente se agrupe alrededor de la víctima y piense que ya se llamó por la ambulancia. Pero nadie llamó. Por lo tanto, es importante asegurarse que se llamó al sistema de emergencias", recomendó Carlos Russo, director médico del SAME, dependiente del Ministerio de Salud porteño, que atiende alrededor de 400 emergencias en la calle diariamente. Otra recomendación -agregó- es que la gente cercana a la víctima debe aislar la escena para evitar que se llene de curiosos que puedan entorpecer la respiración de la persona afectada, o incluso quedar expuestos a una intoxicación si se trata de una explosión por productos químicos.
Desde la Sociedad Argentina de Emergencias, su presidente Daniel González puntualizó que la gente en la Argentina aún no recibe una buena formación para actuar frente a las emergencias médicas. "Ni siquiera los mismos médicos ni el resto del personal de la salud". Este profesional también mencionó algunas actitudes que la gente cercana a las víctimas suele manifestar: "es común que no se acerquen a socorrerlas por miedo a que les hagan algún juicio o hasta porque les pueden manchar el tapizado del auto con sangre".
¿La solución? "Habría que darle más espacio a la preparación para la emergencia en las escuelas -sostuvo González-. También se necesita que la especialidad en emergencias médicas sea reconocida por ley y regular el uso de desfibriladores automáticos".

Dónde hacer cursos
Fundación Cardiológica Argentina: Cursos para médicos y población en general sobre maniobras de reanimación cardiopulmonar. Se dictan en la sede o en lugares a convenir. Informes de lunes a viernes, de 9 a 17 horas, en los teléfonos 011- 4961-6520 ó 4961-9388. En Internet: www.fundacioncardiologica.org/
SAME: Da capacitación para médicos y para la comunidad en general. Se puede llamar al 107 para más detalles.
Cruz Roja Argentina: Dictan cursos sobre primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar. Se puede hacer consultas en el teléfono 011- 4866-2532. En Internet:
www.cruzroja.org.ar
clarin.com

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