sábado, 24 de abril de 2010

Sigue la polémica sobre si hay que dejar llorar a los bebés

Por: Sarah Boseley. THE GUARDIAN
Algunos padres son fervientes seguidores del estricto régimen de horarios para comer y dormir, pues piensan que los ha librado de un bebé malcriado y de noches sin sueño. Sin embargo, Gina Ford, conocida como la Reina de la Rutina, siempre provocó controversias por lo estricto de su enfoque, que incluye alentar a los padres a "entrenar" a sus bebés dejándolos llorar hasta que se duerman.
Ahora, en un nuevo libro que será visto como un cuestionamiento directo de los métodos de Ford, Penelope Leach, la decana de los gurúes sobre la crianza, afirma que dejar a un bebé angustiado llorar regularmente podría ser perjudicial para el desarrollo de su cerebro.
Leach es investigadora honoraria de la Clínica Tavistock y del Instituto para el Estudio de los Niños, la Familia y los Temas Sociales. Ha codirigido el proyecto de investigación más grande del Reino Unido sobre las diferentes formas de cuidado de los niños de menos de 5 años.
Según Leach, al analizar la saliva, los científicos han podido medir altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, en los bebés cuyos llantos no reciben respuesta. Según Leach, los neurobiólogos dicen que los altos niveles de cortisol son "tóxicos" para el cerebro en formación.
"No es una opinión sino un hecho que es potencialmente perjudicial dejar a los bebés llorar. Ahora que lo sabemos, ¿por qué exponernos a ese riesgo?", asegura escribe Leach en su libro, The Essential First Year-What Babies Need Parents to Know (El crucial primer año-Lo que los bebés necesitan que sepan los padres).
Leach no dice que es malo que los bebés lloren. "Todos los bebes lloran. Algunos más que otros". Pero llorar, en el primer año de vida, es la única forma que tiene un bebé de obtener una respuesta. Negar esa respuesta, dice, puede tener consecuencias emocionales de largo plazo.
"La razón de que los bebés criados con un estricto régimen de rutinas se duerman cada vez con menos llanto, es que cada vez renuncian más rápido. Su cerebro se ha adaptado a un mundo donde no se les da respuesta", afirma Leach. "Ese tipo de ansiedad temprana inducida podría estar relacionada con ansiedad a lo largo de toda la vida adulta".
Traducción Elisa Carnelli

clarin.com

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